Hechizos, pócimas y brujería, canción por canción

 

Después de un dramático y polémico cambio de alineación, la banda de rock folk, Mägo de Oz, presenta su nuevo lanzamiento, Hechizos, pócimas y brujería. Con 13 temas nuevos, el grupo español pretende volver a los escenarios y demostrar que sigue siendo uno de los mejores del metal en castellano. Tras oír el disco detenidamente, como acérrimo seguidor del grupo, quisiera compartir mis puntos de vista acerca de este material que, definitivamente, dará mucho de qué hablar entre los fanáticos del grupo y del género.

De su último álbum en forma a este, Mägo de Oz cambió, prácticamente, a la mitad de sus integrantes, sin embargo, el movimiento que más angustió a sus seguidores fue la salida de su vocalista, José Andrea. Éste fue sustituido por Zeta, un cantante desconocido que, para mi gusto, es bastante bueno y tiene un estilo muy propio. Naturalmente, los fanáticos de años resentirán el cambio, aunque su voz no sea ajena al estilo. Su timbre es delgado, pero consistente. Su voz me hace pensar en Leo Jiménez (Saratoga) y da un aire a la de Pacho Brea (Ankhara).

En términos generales, Hechizos, pócimas y brujería es un disco con canciones de duración normal y sin arreglos tan rebuscados como los de los álbumes anteriores. El toque celta de violín y flauta, característico de Mägo, vuelve a tomar fuerza después de ser casi anulado en Gaia III, lo que hace que el álbum suene particularmente alegre y festivo. A diferencia de lo que dicen otras reseñas, a mí no me parece que la guitarra sea la protagonista del disco. Por el contrario, pienso que hay mucho equilibrio entre lo celta y lo heavy. También tiene algunos temas de hard rock ochentero tipo Whitesnake o Journey que son muy coreables y que, a mi gusto, son los que mejor le quedan al nuevo cantante.

Cada una de las canciones de lo nuevo de Mägo de Oz tiene lo suyo, así que haré un breve comentario de cada una. 

1. El libro de las sombras:
Aparece como una muy buena entrada para el disco. Es una canción rápida y pesada con un coro muy melódico y pegajoso. Su letra es épica y optimista. Tiene el sello de Mägo de Oz y nos hace recordar canciones como "Satania" o "La voz dormida".


2. H2Oz:
Es una canción con el estilo celta, fiestero y alegre que hizo famosa a la banda. Es una especie de manifiesto en el que Mägo de Oz dice a su público que regresaron para quedarse. Es un tema muy pegajoso, pero me parece que a Zeta le falta gracia para cantar este tipo de rolas. La letra le suelta unas pedradas muy cáusticas, pero elegantes, al anterior vocalista del grupo.

3. Xanandra: 
El primer sencillo del disco, a primera oída, suena bastante genérico, pero es de esas canciones que, conforme uno las va oyendo con más calma, lo atrapan y termina siendo una de sus favoritas. Se trata de un tema con mucha fuerza, gracias a la brillante melodía del coro y a su magnífica letra. Desde mi punto de vista es la mejor canción del disco. Es corta, poderosa y emocionante.

 
4. Sácale brillo a una pena: 
Es un tema hardrockero, tipo Whitesnake, muy ligerito. Tiene mucho teclado y un coro que uno ya está cantando para la segunda vez que suena. El violín y la flauta se adaptan extraordinariamente al sonido ochentero de la canción. Es uno de los números que mejor le quedan a Zeta, el nuevo cantante, ya que le da un muy buen sentimiento a la canción usando su voz limpia.

5. Satanael: 
Fue la segunda canción del disco que el grupo reveló. Su letra es de protesta contra la política actual, pero es bastante pobre. Es un tema que tiene muchas partes que no se relacionan entre sí. Entra con un verso lento; luego, se convierte en una canción arabesca; derrepente, entra una parte agresiva, y termina con un momento alegre. No es una rola que me guste, pero el coro es muy pegajoso.

6. No pares (de oír rock 'n'roll):
Es otro tema rockanrolero ideal para oír en el coche y corear a todo pulmón. La guitarra y el órgano bluesero lucen mucho. Aquí me parece extraordinario el trabajo vocal de Zeta. Le mete una agresividad y unas ganas impresionantes. Tiene una parte instrumental algo barroca en medio que no viene mucho al caso, pero está muy chida. Aquí hace su primera aparición Patricia Tapia, la corista del grupo, cuya participación, tristemente, casi no se nota en la mayor parte del disco. 

7. A marcha das meigas: 
Una especie de entreacto instrumental con gaita que le da un respiro al disco.

8. Quiero morirme en ti:  
Las baladas siempre habían sido de los fuertes de Mägo de Oz, pero en este disco fallaron con esta canción fresa que parece de Camila, cuya letra es pobre y tiene poco sentido. La única lágrima que me logró sacar fue por la nostalgia de un cantante que hacía que al primer verso de una canción así ya tuviera el nudo en la garganta, José Andrea.

9. Sigue la luz:  
Después de una balada que no cumple, llega la canción de relleno del disco. Su letra es un sermón gastado de superación personal y la música, compuesta por Carlos Escobedo (Sober), es tan mediocre que le recomendaría a los lectores que la oyeran hasta el primer coro y después pasaran a la siguiente track. Sólo hay una palabra para describir esta canción: PINCHE.

10. El Mercado de las Brujas:
Después de tres canciones completamente saltables, llega esta joyita de rola que vuelve a una velocidad y energía que hacía tiempo no oíamos en un disco de Mägo. Una rola equiparable a canciones consentidas de los fans, como "Van a rodar cabezas" o "La conquista", con muy buenos riffs y melodías de guitarra. La letra realmente ayuda a meternos en el mundo oculto de las brujas y en el ambiente de la última parte del disco. Si ponen atención, se darán cuenta que hay una parte instrumental que reciclan de la canción "Atlantia", pero se les perdona porque está muy buena la rola. 

11. Celtián:
Es la típica instrumental celta de disco de Mägo de Oz. Es agradable de oír y sencilla. Es otro descanso dentro del disco. Destaca el intro de bajo tocado por Fernando Mainer, el nuevo bajista, que toca bastante discreto, pero se adapta muy bien a la banda.

12. Brujas:  
Es otra canción que se perfila para convertirse en un clásico del grupo. La canta Patricia Tapia, que, hasta este punto del disco, había sido ofensivamente desperdiciada. Me parece una pena que, teniendo a la mejor voz femenina del rock en español, la tengan tan relegada. En fin, la canción tiene un ritmo marchoso y mucha participación del violín y la flauta. Junto con su fantástica y mística letra logra hacer sentir que uno está en el ambiente oscuro y esotérico de las brujas.

13. Hechizos, pócimas y brujería:
Es el tema largo del disco, pero, gracias a su magnífica letra y la pericia que tienen los de Mägo para hacer este tipo de canciones, se va como agua. Empieza con un pianito fresa, muy al estilo de Javi Diez, el nuevo teclista, y luego agarra la fuerza necesaria de una épica de ocho minutos. La canción habla de la sensación que provoca una ruptura reciente y esto se da a entender muy bien con un coro muy emocionante y claro. Cada músico se luce con su solo para luego desvanecer la canción con una modesta parte de piano, flauta y violín, muy característica de las canciones largas de Mägo.

Hechizos, pócimas y brujería, definitivamente no es una obra maestra, pero cumple con lo necesario para ser un disco entretenido y muy disfrutable. Me parece muy sano para una banda como Mägo de Oz lanzar un álbum sin delirios de grandeza y con el único fin de hacer música para desconectarse un momento del mundo, pasar un buen rato y ya.