Del Hijo del Blues a Xanandra: 25 años de Mägo de Oz - PARTE 1


La música que oímos es una compañera que adorna nuestros días y que le da voz a emociones y recuerdos. Hay canciones con las que uno se enamora. Hay otras con las que uno llora sus desamores. Están también las canciones que uno canta a todo pulmón con sus amigos, y las que uno disfruta entonando solo en el coche, sin pena de ser visto por todos los conductores alrededor. Los que tocamos algún instrumento siempre tenemos en el corazón la primera pieza que presentamos en vivo, y la que más trabajo nos costó sacar. Existen, además, canciones con las que uno grita de rabia, y otras que sirven para susurrárselas al oído a la persona que uno ama. Para mí, todas esas canciones las hizo Mägo de Oz y, ahora que cumplen 25 años, considero conveniente escribir acerca de la trayectoria de la banda con una breve reseña de cada uno de sus discos de estudio.

Para los que no estén muy familiarizados con la banda, Mägo de Oz es un conjunto español que mezcla heavy metal con elementos de música celta, como violín y flauta. A partir de ahí, hacen cualquier cantidad de combinaciones y experimentos, que hacen que sea un grupo muy versátil. Cada disco que sacan tiene nuevas sorpresas. 

En su larga trayectoria, han hecho canciones teatrales de casi media hora, rancheras, desgarradoras baladas, covers, canciones góticas y todas las rarezas que se puedan imaginar. La filosofía de esta banda es que la música sea un escape para pasarla bien, divertirse y evadir la cruda realidad. Dejando todo eso de lado, el valor agregado que tiene Mägo de Oz es la capacidad de transmitir una enorme gama de emociones, a través de magníficas letras y melodías muy poderosas. 

No perderé el tiempo hablando de su alineación, porque ha variado mucho a través de los años y cada instrumento e integrante tiene el debido protagonismo en el disco y la canción que le toca. Sin más, iré revelando detalles sobre la banda en el comentario de cada uno de los álbumes.

Mägo de Oz:


Es el principio de todo y, para los que apenas se estén acercando a la música de Mägo y esperen oír algo parecido a "Molinos de Viento" o "Fiesta Pagana", probablemente sea una enorme desilusión. No es un disco de metal con música celta, sino de rock urbano. En este punto, la música de Mägo de Oz sonaba más parecida a la de El Tri, Liran' Roll o El Haragán, que a la de cualquier banda de heavy metal. Sus canciones son "rockanroleras" y tienen muchos elementos de blues. Está presente el violín, pero es marginado por las guitarras y el saxofón.

No todo en este disco es tan fatal. De este trabajo salieron clásicos como "El Lago" o "El Hijo del Blues", que después el grupo regrabó con un cantante decente.



 
Mägo de Oz es una curiosidad que deberían oír los más acérrimos seguidores del grupo para conocer su origen. De ahí en fuera, es un disco que probablemente ponga de malas a muchos y que no refleja absolutamente nada de lo que es la banda en la actualidad.

Jesús de Chamberí:


Fue el segundo disco de la banda y en el que ésta empezó a dar señales de un enorme potencial. Lo que cambió el curso del grupo fue la entrada del guitarrista, Frank, y del front man, que le dio vida a las mejores canciones de la banda, José Andrea. Además, este es el primero de muchos discos conceptuales de Mägo de Oz.

La música de este álbum todavía tiene muchos elementos "rockanroleros", pero ya suena a heavy metal, gracias a riffs más duros por parte de las guitarras. Al mismo tiempo, este es el punto en el que la banda le empezó a dar su lugar al elemento celta. El violín ya no es un pegoste, sino la pieza clave para diferenciar a Mägo de Oz de otras bandas.

Otro gran punto a favor de Jesús de Chamberí es la calidad de sus letras. Es una ópera rock que transporta la historia de Jesucristo al Madrid de mediados de los años 90. Las canciones hablan de prostitutas, drogadictos, vagabundos y demás marginados de la sociedad española. Estos temas son abordados con una elegancia impecable. Números como "Jesús de Chamberí", "Hasta que tu muerte nos separe", "El cantar de la luna oscura" y "El Fin del Camino" son magníficas muestras del ingenio y la belleza de las letras de este trabajo.

Aunque es un magnífico álbum, sigue sin ser un disco para todo el mundo. Tiene muchas canciones instrumentales, que lo pueden hacer pesado para una persona que apenas se quiera adentrar al mundo de Mägo de Oz.

La Bruja:


Es un EP en el que Mägo de Oz rescató las cinco canciones que valían la pena de su primer disco y las "enchuló" para sacarles el mejor partido. El resultado fue fantástico. El violín está perfectamente bien incorporado a las canciones, y José Andrea les da mucho más juego a las letras, con sus característicos gritos agudos y el sentimiento que lo hace el enorme cantante que es.

La Leyenda de La Mancha:


Este disco tiene la virtud de haber puesto a Mägo de Oz en el mapa, además de ser el entremés para uno de los mejores álbumes de la música en español. Con la mezcla ideal entre heavy metal/hard rock y alegres tonadas de violín, se ha consagrado como uno de los discos más queridos de los fanáticos de la banda.

Nuevamente, tenemos ante nosotros un disco conceptual, ahora en el escenario de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza. Este par de personajes clásicos de la literatura universal son el pretexto perfecto para la creación de 12 canciones con extraordinarias letras y melodías muy difíciles de olvidar. Himnos como "El Santo Grial", "Maritormes" o "Réquiem" forjaron el sello particular de Mägo, y pavimentaron con baldosas amarillas el camino hacia sus mejores discos.




Aunque se podría hablar de cada canción de esta chulada de disco, "Molinos de Viento" es la que vale el gasto, y a la que Mägo de Oz debe su éxito. Es simple, dinámica, pegajosa y tiene una letra fuera de serie. Es una de esas canciones que podría poner a bailar, saltar y gritar a la persona más seria del mundo. Es una invitación a vivir y a arriesgarse a soñar de más. Si no la han oído, ¡hay que hacerlo!

Finisterra:

"Dicen que, de todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir. Por eso es mejor forjar el alma que amueblarla. Es el fin del camino... Es Finisterra"

Finisterra es el mejor álbum de rock en español que he oído hasta el día de hoy. Esta magnífica obra de arte redime todas las espantosas violaciones a la música, como la simple existencia de Bunbury o la discografía completa de Café Tacvba. Es un disco doble que, de no haberlo hecho, recomiendo que vivan la experiencia de oírlo de principio a fin, con el booklet en las manos.

Como sus trabajos anteriores, es una ópera rock. Ésta se sitúa en una era post-apocalíptica, en la que el mundo es gobernado por las computadoras, y el único vestigio del pasado de la Tierra está guardado en un CD-ROM. Este disco narra la historia de un peregrino que viaja a Santiago de Compostela en la época del Siglo de Oro Español. 

La calidad de la narración de la historia, por medio de canciones, es exquisita. Aunque los temas que toca son muchos, cada una de las letras alcanza a reflejar algún aspecto del alma humana. El amor, la aventura, el hartazgo, la vocación, la religión, la locura, el nacimiento y la muerte, tiene cada uno una crónica hecha música en este disco. Todo para culminar en la épica de quince minutos, Finisterra, que narra el fin de los tiempos de una forma apasionante.

En cuanto a música, esta belleza combina perfectamente acordeón, flauta, violín y gaita, con acordes de guitarra eléctrica y melodías de voz impresionantes. En este momento fue en el que se unieron dos elementos claves para la banda, Kiskilla a los teclados y Fernando a la flauta, que ayudaron a reforzar la parte melódica del grupo.

"Satania","Hasta que el cuerpo aguante", "La Danza del Fuego", "El que quiera entender que entienda" y "Astaroth" se han convertido en canciones emblemáticas del conjunto, pero la que resalta por sobre todas es "Fiesta Pagana". A primera oída es una canción pícara y alegre, como "Molinos de Viento", pero la letra esconde detalles de pensamiento fuera de serie.


 Videoclip de Fiesta Pagana

Podría narrar Finisterra nota por nota, pero lo mejor es que lo oigan, lo lean, lo disfruten y saquen sus propias conclusiones.


 
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