Del Hijo del Blues a Xanandra: 25 años de Mägo de Oz - PARTE 2


La banda de folk metal, Mägo de Oz, cumple 25 años, y su extensa discografía se ha convertido en parte de la banda sonora de la vida de muchos metaleros. Es por eso que me he dedicado a hacer una mini reseña de cada uno de sus discos de estudio. Para los que ya conocen a la banda, es una invitación a recordar los discos y canciones que tanto nos gustan, y porqué los adoptamos como nuestros. Para los que no han oído mucho del grupo, es una invitación a oír música de extraordinaria calidad y que tiene una carga sentimental enorme. 

Sin más preámbulo, pasemos a los comentarios de los álbumes que restan. Para los que no han leído la primera parte de mis descripciones de la discografía de este magnífico grupo, pueden encontrarla aquí

Gaia


Después de Finisterra, Mägo de Oz decidió que lo que seguía era buscar la grandeza con su música. Con Gaia, comienza una época de canciones largas y muy instrumentadas, giras con escenarios enormes y conciertos de arriba de tres horas. Fue el momento en la carrera del conjunto en el que se les ocurrió que entre más grande, mejor. Con esta mentalidad, construyeron, no sólo un álbum, sino un concepto que los acompañaría en sus siguientes lanzamientos y que agotarían hasta lo último: Gaia.

Gaia es la "Madre Tierra" que le reclama al ser humano la forma en la que está haciendo trizas el mundo. Este álbum lleva la filosofía de que el hombre se tiene que enfocar en cuidar su hogar, porque la crueldad hacia el ambiente ha tenido como consecuencia la crueldad hacia su misma especie. Esto lo escenifica en una ópera rock centrada en la conquista de la Nueva España.

En cuanto a las canciones, Mägo de Oz deja a un lado el sentido festivo, para dar paso a un disco serio y melancólico. Las letras son una llamada de atención al hombre que se come a sus semejantes y a su entorno. El reflejo de todos estos sentimientos se nota en piezas como la desesperada e iracunda "Gaia" o en la esperanzadora "La Costa del Silencio".


En términos musicales, el protagonista de Gaia es, sin duda alguna, el teclado. Sergio Cisneros "Kiskilla" se luce con el piano en canciones tranquilas, como la "Rosa de los vientos" y con el teclado en las canciones más pesadas, como "Van a rodar cabezas". Es un disco que tiene muchos solos, tanto de guitarra eléctrica, como de teclado, lo que en algunas canciones resulta un poco tedioso, pero no lo suficiente para arruinarlas.

Aunque cada canción es relevante, hay una que resalta por su sentimiento y romanticismo: "Si te vas". Esta tierna balada es, desde mi punto de vista, una de las mejores del grupo. Su melodía y su letra se cuelan hasta el mero centro del corazón y conmueven a todo aquel que alguna vez ha estado enamorado.


Gaia está muy balanceado entre lo heavy, lo celta y unos leves toques progresivos. Es un disco amigable para oídos no metaleros, pero con la suficiente fuerza para complacer a los que sí lo somos.

Belfast:

Después de varios álbumes con conceptos muy pensados y música muy elaborada, la banda decide parar un poco y sacar un disco simple con covers y versiones de algunas de sus canciones. Belfast es un trabajo sin muchas pretensiones, cuyo único fin es tener un disco de rolas ligeritas y divertidas. Esto es algo que a algunos de los fanáticos de los materiales más barrocos de Mägo no les termina de gustar, pero hay que tomarlo como lo que es: un álbum para disfrutar buen rock y ya.

Lo que aporta Belfast a la carrera de Mägo de Oz es la presencia del virtuoso de la guitarra, Jorge Salán, ya como miembro fijo del conjunto. Presenta también a la cantante Patricia Tapia, aunque todavía como invitada. Se puede apreciar la extraordinaria sinergia vocal que tienen ella y José Andrea en la canción "Todo irá bien", de Elvis Presley.

No es ni pretende ser una obra maestra, pero es un magnífico álbum de transición para preparar a los fanáticos, hambrientos de heavy, para lo siguiente.

Gaia II - La Voz Dormida:
 

Tenemos ante nosotros el disco más ambicioso que ha hecho Mägo de Oz en su carrera. Es, nuevamente, un álbum conceptual. Sin embargo, como en el Gaia anterior, valen más el concepto y las canciones que la historia. Maneja un ambiente gótico, extraordinariamente bien logrado, para escenificar el contexto de la época de la Inquisición Española.

Gaia II es barroco y lleno de excesos. Empezando por la orquestada introducción de casi cinco minutos, "Volaverunt Opus 666", se puede apreciar la magnitud del trabajo. El grupo no se mide a la hora de agregar solos de guitarra y teclado, riffs graves, así como arreglos de guitarra acústica y voces femeninas. Es, posiblemente, el disco más pesado y denso de Mägo de Oz, pero tiene muchísimo sabor.

Las letras de Gaia II: La Voz Dormida también llegan a los límites de la provocación. En varias canciones, como "La Voz Dormida" o la épica "Cantata del Diablo", hay cáusticas pedradas a la Iglesia Católica y a la religión en general. En este sentido, una de las rolas que más valen la pena es "Aquelarre". En ella los instrumentos, la voz y la letra logran crear la atmósfera de erotismo y depravación de una ceremonia así con gran elegancia.

En términos de repertorio, Gaia II es todo un recorrido de emociones. Desde furiosas canciones con la velocidad y fuerza del metal, hasta las tonadas celtas y alegres, características de la banda. Nuevamente resalta la baladita del disco, "Desde mi cielo". Su tristísima letra, junto con la interpretación de José Andrea, hacen imposible que uno pase del primer verso sin un nudo en la garganta y una que otra lágrima asomándose. 




Cuenta con un enorme número de invitados, que engalanan la mayor parte del disco, como Leo Jiménez (Ex-Saratoga, Ex-037), Víctor García (Warcry) y Beatriz Albert (Ebony Ark). De todo este elenco destaca, nuevamente, Patricia Tapia, que participa como corista en la mayor parte del disco y tiene una parte cortita, pero brillante, en "Diabulus in Música".

 

Definitivamente, Gaia II: La Voz Dormida, no es un álbum para todo el mundo. Es un material que uno ama u odia. Yo lo recomendaría ampliamente, pero reconozco que a muchos puede no gustarles y hasta parecerles ofensivo.

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