Haven: Un refugio para la nueva creatividad de Kamelot

Kamelot, la leyenda norteamericana de powermetal, lanza Haven. El onceavo álbum de estudio de esta prolífica banda promete material fresco y entretenido para que los fans continúen asistiendo a su gira interminable. Con creatividad renovada, Haven trae sorpresas que harán felices a los conocedores del género.



De los cambios drásticos de cantante que se han dado en los últimos años en el ámbito del metal, el más inteligente fue el que hizo Kamelot. Consiguió al sueco Tommy Karevik, que canta igual; se mueve igual, y hasta se parece físicamente al vocalista anterior, Roy Khan. Esto hizo que el grupo pudiera continuar tranquilamente con su carrera, sin muchos reproches de los fans. Lo que sí provocó el cambio de vocalista fue una inyección de sangre fresca, creatividad y energía, que desembocaron en Haven, el segundo álbum con Karevik a la voz.

Kamelot tiene muy clara su "formulita" para hacer canciones: introducción animada, verso lento, coro pegajoso y solos. Afortunadamente, en Haven la aprovechan con melodías muy creativas y arreglos espectaculares. Es de llamar la atención que las rolas son dinámicas, pero directas. Hay pocas partes atmosféricas intermedias y no hay voces habladas, que eran parte de lo que, en álbumes anteriores, hacía pesadas algunas canciones de Kamelot. Las piezas van al grano, sin introducciones largas. Esto queda claro desde que su primera canción, "Fallen Star", empieza directamente con la voz. 

En cuanto a ejecución, hay poco que decir. El sonido oscuro y "romántico" de Kamelot es muy característico. Los riffs de guitarra del compositor Thomas Youngblood siguen siendo rítmicos, vanidosos y melódicos. En Haven la guitarra es mucho más protagónica que en otros trabajos de Kamelot, pero no hace deslucir a los demás instrumentos.

Haven tiene algunas partes orquestales, pero son, en general, discretas. Lo que destaca son las partes de teclado. Me parece muy positivo que este instrumento no sólo se use para imitar cuerdas, sino que tenga personalidad propia y sonidos innovadores. Esto se puede apreciar en el segundo sencillo del álbum, "Insomnia". El buen gusto para tocar de Oliver Palotai y la originalidad de los efectos que utiliza hacen que sea el digno marido de la bellísima cantante de Epica, Simone Simons.



Hay que reconocer que en Haven lo que más luce es la voz. En el álbum anterior del conjunto Tommy Karevik sonaba como un clon joven de Roy Kahn. En esta producción, el cantante hace completamente suyas las canciones y juega con matices que no se habían oído antes en la música de Kamelot. Era cuestión de tiempo para que Karevik dejara de imitar y le metiera de su cosecha a las canciones. "Beautiful Apocalypse" es un poderoso ejemplo de cómo Tommy peina las notas con su elegante estilo propio.

Uno de los mayores atractivos de los últimos lanzamientos de Kamelot ha sido que cuentan con músicos invitados de mucho prestigio. En Haven, a los huéspedes les tocó engalanar las que, a mi juicio, son las tres mejores canciones. La talentosísima Alissa White-Gluz (Arch Enemy, Ex-The Agonist) ya ha colaborado tanto con ellos que es como de la casa. Aquí demuestra sus habilidades en "Liar Liar (Wasteland Monarchy)", una canción muy dinámica, con muchos cambios de ritmo bien ejecutados y un coro muy enérgico. Alissa aporta unos rugidos que ponen los pelos de punta. Además, da un matiz de poder al último coro con su voz limpia. Ella también aparece en la pieza de tintes industriales "Revolution", que es de las pocas que no tiene la melodía reciclada de la mayoría de los versos de la banda. 


Alissa White-Gluz

Los otros dos invitados de lujo de Haven son Troy Donockley (Nightwish) y Charlotte Wessels (Delain), que participan en "Under Grey Skies". Esta preciosidad de canción es la que hace valer la compra del disco. Es una baladita que habla sobre la recuperación de la fe en la humanidad, y vaya que nos hace recuperarla. La letra es simple, pero llega al corazón gracias a la química entre los dos extraordinarios vocalistas que la interpretan. El remate de esta balada es maravilloso. Charlotte y Tommy hacen magia improvisando con el feeling a tope, mientras un coro gospel adorna el último estribillo de la pieza. Esta es, hasta ahora, la mejor canción que he oído, de todo lo que ha salido en 2015. Es una joya.

Charlotte Wessels

Haven es un álbum casi a prueba de reproches. Es tremendamente entretenido y digerible; pero cuenta con la complejidad adecuada para los que esperan más de la música que sano entretenimiento. Con este trabajo, Kamelot se sale de la comodidad que lo había llevado a hacer varios discos genéricos y sin chiste. A pesar de que sus fórmulas musicales todavía son muy marcadas, la originalidad en las melodías y el sentimiento en las ejecuciones hacen de Haven un disco que hay que oír y disfrutar.


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