Battle Beast: Unholy Savior


El power metal parecía haberse estancado entre solos "progre" interminables y cantares melosos dedicados a dragones. Afortunadamente, los finlandeses Battle Beast llegaron para darle respiración de boca a boca al género con bocanadas de heavy metal y el aliento de una vocalista con una voz impresionante.

Unholy Savior es el tercer álbum de Battle Beast, una banda relativamente nueva que me ha sorprendido por el dinamismo de su música. La batería a toda velocidad, sólidos riffs de guitarra, coros pegajosos y arreglos melódicos de teclado logran un muy buen maridaje que resulta en un disco que suena al más puro power metal de la primera década del milenio. A esto se suman arreglos ochenteros en algunas canciones, que aligeran y hacen mucho más disfrutable la experiencia.

Una de las características destacadas del metal de los últimos años ha sido el dominio de las voces femeninas. El tipo de música de los machos ha dado un giro, gracias a la proliferación de mujeres con extraordinarias capacidades para transmitir fuerza y agresividad. Noora Louhimo se une al grupo de amazonas metaleras con un timbre rasposo y agudo, que queda fantástico con los melodiosos estribillos de Unholy Savior. Desde la primera canción, "Lionheart", se puede apreciar una gran flexibilidad en la voz de esta mujer. Pasa de susurros suaves a gritos apasionados sin dificultades. Su voz me pareció muy similar a la de la vocalista española Patricia Tapia (Khy, Mago de Oz), pero con matices completamente distintos.


En cuanto a la parte instrumental, el álbum es muy equilibrado. Los músicos brillan cada uno en su momento, pero en ningún punto hay atasque. Hay los solos necesarios para dar movimiento a las canciones, sin que los egos afloren demasiado. Al respecto, es impresionante la velocidad y el buen gusto para tocar del guitarrista principal, Anton Kabanen. Solos como el de "Far far away" son impresionantes. Es una pena que lo hayan corrido de la banda al poco tiempo de haber salido Unholy Savior.

El teclista, Janne Björkroth, también es de los protagonistas del álbum. Está muy presente en la mayoría de las canciones y les da un aire épico. Él es el responsable del sabor ochentero de varias de las rolas. Su estilo mezcla influencias como Toto o Duran Duran. Una de sus mejores participaciones es en la instrumental, "Hero's Quest", que es de las piezas más pegajosas, refrescantes y agradables del disco.

En general, la mayoría de las canciones se parecen mucho entre ellas, lo que no les quita originalidad. La única que cambia radicalmente es "Touch in the Night", que es un viaje al "pop" de los ochentas. El tema de la rola es la búsqueda de una noche de placer sin compromiso. La prensa especializada la ha despedazado, pero a mí me parece muy ligerita y divertida. Es una muestra de que no todo en esta vida es doble bombo.


Las letras de Unholy Savior no son nada del otro mundo y suenan más épicas de lo que en realidad expresan. En general, son de "superación metalera", es decir, de cómo superar adversidades como la soledad y el aislamiento. La más rescatable es la letra de "I Want the World... And Everything in It", que gira alrededor de la frase célebre que aparece en la película Scarface.

Otro punto reprochable de este trabajo son las baladas. Son totalmente genéricas y sin gracia. Los tecladitos, tipo Ricardo Montaner, y los ritmos sintéticos no ayudan. Rompen la dinámica de música poderosa que tiene este trabajo.

Como la mayoría de los lanzamientos de este 2015, Unholy Savior de Battle Beast es un álbum para disfrutarlo y agotarlo. Es sano entretenimiento, pero no es nada glorioso. Es música ideal para saciar rápido la sed de algo rápido y pesado.

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