Lindemann: Porquería de Calidad

El vocalista de Rammstein, Till Lindemann, se estrena como solista con Skills in Pills. Con la ayuda del músico sueco Peter Tägtgren (Hypocrisy, Pain), el exitoso cantante entrega una producción de metal industrial provocadora y controversial, llena de humor negro, depravación, parafilias y toda la porquería que, normalmente, pasan por alto los seguidores de Rammstein porque sus letras son en alemán.


En general, el metal muestra poco aprecio hacia las voces graves. Entre más raspado es el rugido o más chillante el agudo, mejor. Una de las excepciones a la regla es el barítono Till Lindemann, líder de la famosa banda alemana Rammstein. A lo largo de su carrera, el cantante ha aprovechado la profundidad de su voz para dar a la música toques tenebrosos y oscuros, que van muy bien con la perversidad que proyecta el grupo. Con Skills in Pills, Lindemman aprovecha para lucirse solo e ilustrar con su voz nuevos paisajes macabros y decadentes, sin alejarse mucho del estilo de la banda que lo lanzó a la fama.

La música de Skins in Pills fue compuesta y ejecutada, en su totalidad, por Peter Tägtgren. Al respecto, vale la pena resaltar que es una producción impecable. La mayor parte de las canciones está adornada por distintos efectos de sintetizador, guitarras graves y batería. Desde mi punto de vista, tiene mucho sabor a metal gótico noventero, del tipo de Paradise Lost o Theatre of Tragedy. Al mismo tiempo, se nota la mano de Lindemann. Muchas de las canciones, como "Fish on", podrían encajar perfectamente en alguno de los primeros álbumes de Rammstein.


Es un disco muy dinámico, pero denso. Su pizca de originalidad viene de los arreglos de teclado, introducidos con maestría por Tätgrgen. Melodías como la de "Cowboy" dan un toque de frescura a la rigidez de la voz de Till Lindemann. La mayoría de las canciones del álbum son rítmicas, con tintes electrónicos, pero también hay algunas baladas que tranquilizan los ánimos a ratos.



Till Lindemann tiene un timbre muy característico y un estilo muy original, pero en Skills in Pills no hace nada que no hayamos oído en su discografía con Rammstein. Till canta con una gran naturalidad en alemán. Desafortunadamente, su debút como solista está en inglés. Su pronunciación es buena, pero su acento es muy marcado y tosco. Eso no significa que Lindemann deje de ser un vocalista sumamente expresivo.

Mientras que los arreglos son de lo más destacado de la producción, me parece que a las melodías de voz les faltó trabajo. Varios de los versos de las canciones consisten en Till Lindemann recitando vulgaridades para cubrir espacio en lo que llega el estribillo pegajoso.

Lo que más ha llamado la atención de la prensa sobre Skills in Pills son las letras. Los temas son grotescos, ofensivos, obscenos, y están cargados de sarcasmo y humor negro. Es todo lo que podríamos esperar del autor de éxitos juveniles como "Pussy" o "Te quiero, puta". Los títulos advierten a los oídos sensibles. Dudo mucho que una persona en pleno uso de sus facultades mentales tome en serio letras de canciones como "Golden Shower" o "Ladyboy".

La letra de la canción que da título al álbum tiene un trasfondo muy interesante. A simple vista, habla de la manía de las personas de valerse de píldoras para resolver sus males. En realidad, trata de cómo en Alemania Oriental, en los años ochenta, quienes querían drogarse lo hacían a través de medicamentos, y tenían que encontrar a alguien con la habilidad de mezclarlos para no quedarse en el viaje.

"Praise Abort", el single, ha llamado mucho la atención, debido al desprecio por la vida familiar que retrata, y a su torcido sentido del humor, que promueve las "ventajas" del aborto. El planteamiento es ingenioso, pero puede resultar ofensivo.



Desde mi punto de vista, por alguna casualidad de la vida, las rolas más "puercas" son las que tienen mejores arreglos. Tal es el caso de "Fat", que describe gráficamente la mente de quienes prefieren las relaciones con personas con sobre peso. Su sonido de órgano hace que sea una tonelada de diversión.

Con todos sus matices, Skills in Pills es un álbum tremendamente entretenido, que se puede oír en una sentada sin problemas. Tampoco es para tomarlo muy en serio. Si quieren oír a Goethe hecho metal gótico, este no es el medio adecuado. La mejor frase para describirlo es una que me dijo alguna vez un experto en pornografía y shows de sexo: porquería de calidad.

¿Ustedes ya oyeron el debút de Till Lindemann como solista? ¿Qué les pareció? Comenten y compartan.

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