Finisterra: Ópera rock a lo bestia


Las secuelas, refritos, reimaginaciones y spin-offs están a la orden del día. Parece que la moda en el mundo de la cultura pop es tener varias interpretaciones de la misma idea. En el contexto de Star Wars, Spectre y The Girl in the Spider's Web, llega el nuevo álbum de la banda española de heavy metal, Mägo de Oz. Finisterra Ópera Rock se une a la gran lista de personajes del pasado que se están convirtiendo en las novedades del futuro.

En el año 2000, una banda española con un nombre pintoresco refrescó la escena hispanoamericana de rock con la fusión de heavy metal y música celta. Aunque el grupo ya tenía trayectoria, el álbum Finisterra fue el que los llevó a la fama y forjó su estilo. Quince años después, una banda completamente distinta, que lleva el nombre de Mägo de Oz, retomó la idea y decidió hacer un disco nuevo con este concepto.

Como ya lo he expresado en publicaciones anteriores, la música de Mägo de Oz me fascina y Finisterra es mi disco favorito. Del momento en que salió a la fecha, el grupo ha sufrido muchas transformaciones y más de la mitad de sus integrantes cambió. Tomando en cuenta eso, parece razonable la idea de grabar de nuevo su mejor disco, como si fuera un álbum de covers de ellos mismos. Finisterra Ópera Rock es la oportunidad de este "nuevo" Mägo para demostrar cómo trabajaría un nuevo álbum, teniendo ya seguro que la música y las letras son de la mejor calidad.

La música y las letras de Finisterra Ópera Rock son extraordinarias, y en esta nueva versión Mägo de Oz demostró mucha prudencia al no alterarlas. El verdadero valor de las canciones quedó intacto y eso puede dejar a los fans, hasta cierto punto, tranquilos. Al mismo tiempo, las personas que tengan su primer contacto con Finisterra a través de esta versión estarán expuestas a las mejores melodías y letras que ha hecho Mägo de Oz. 

En la mayoría de las canciones, la ejecución por parte de los músicos de Mägo es modesta, pero buena. La mayoría toca bien lo que tiene que tocar, con buen sentimiento y atinando cada nota. En este sentido, el que destaca es el cantante, Zeta, que tiene los reflectores encima porque estas canciones ya habían sido interpretadas por otro cantante con otro color de voz y un estilo muy distinto. Zeta es un gran cantante, que aprovecha los maravillosos versos y tonadas para imprimirles sentimientos y emociones originales. En canciones como "Es hora de marchar" o "Los renglones torcidos de Dios" luce mucho. Sin embargo, me parece que hay varias canciones que le quedarían mucho mejor medio tono más graves. Creo que hubo mucho énfasis en que el vocalista "llegara", en vez de que luciera. El estigma del viejo cantante sigue. Si ya le movieron madre y media a las canciones, ¿qué les costaba cambiarles el tono para que sonaran mejor?

Este es el mejor ejemplo de que debieron haberle bajado el tono a algunas canciones.

Finisterra Ópera Rock cuenta con la participación de muchos invitados. Aunque la mayoría pasa sin pena ni gloria, algunos de ellos hicieron un magnífico trabajo. La unión de las voces de Ailyn (Sirenia), Leo Jiménez y Zeta en "Astaroth" merece una ovación de pie. La canción se presta, porque es muy teatral, y Mägo aprovecha con maestría esta ventaja. También destaca "Tres tristes tigres", que adquiere una intimidad bellísima con Diana Navarro.

En este punto, es importante destacar la ausencia de la corista Patricia Tapia. Invitaron a cantar a media España y a ella (que le da diez vueltas a todos los que participaron) nada más le tocó la voz principal en un cover. Me parece un desperdicio de talento que no le den su lugar. Incluso me habría gustado más un Finisterra en el que sólo hubieran usado las voces de casa: Zeta, Patri y Tony Menguiano (que ha participado como corista en varios discos de Mägo).

Las colaboraciones pueden darle un toque especial a un álbum, pero aquí invitaron a muchos músicos y no supieron qué hacer con ellos. La mayoría de las rolas no cambiaría mucho si los quitaran. Esto es una lástima, porque el álbum da para aprovecharlos. Es una ópera rock. "La Cruz de Santiago", por ejemplo, habla de dos personajes opuestos y, en vez de poner a cada vocalista a describir a cada uno, usaron a Leo Jiménez nada más para pegar de gritos.



Desafortunadamente, hay muchos otros factores que echan para atrás Finisterra Ópera Rock. En términos de música, era infalible, pero lo que demerita a este álbum es la producción. En este sentido, tomo en cuenta que la producción es todo aquello que hace que las canciones luzcan, es decir, sonido y arreglos. Me parece que Mägo de Oz está demasiado cómodo con su productor actual y eso ha hecho que sus últimos álbumes se queden cortos.

En cuanto a los arreglos, me parece que hay muchos excesos evitables. El ejemplo más claro es la versión de "Satania". Tiene la introducción más épica que puede tener una pieza de rock y la arruinaron con orquestaciones y coros innecesarios. A la rola le metieron solos y compases a lo bestia, alargándola sin razón. Eso se repite en más de las piezas.


Está pocamadre el solo; pero, ¿en verdad era necesario?   

En general, el sonido del disco es malo. En varios puntos parece que los instrumentos están disociados; sonando feo, cada uno por su lado. La distorsión de las guitarras es áspera y sucia. Esto hace que se oigan como un empaste y que los riffs pierdan la definición que merecen. Las guitarras acústicas suenan terrosas. Además, el violín, que es de los instrumentos que hacen a Mägo de Oz especial, tiene un sonido horrendo. En todas las canciones suena seco y apagado. 

Eso de sacarle buen sonido a los instrumentos no fue lo suyo en esta producción, pero hay uno que quedó particularmente mal: el teclado. Javi Diez me parece un musicazo, pero sus decisiones en Finisterra Ópera Rock hicieron que perdiera la oportunidad de lucirse. De entrada, en las canciones que llevan piano y acordeón siempre es mejor usar los instrumentos de verdad, más si se van a oír tan falsos como aquí. También, las "programaciones" son profundamente innecesarias. Cuando las usan parece que uno estuviera en el cine y de repente sonara un celular en la última fila.

Uno de los defectos que Finisterra Ópera Rock heredó de Ilussia fue el uso de arreglos orquestales sintéticos. No me parece mal que usen orquestaciones; sin embargo, creo que Mägo de Oz es un grupo suficientemente rico y famoso como para pagar una orquesta de verdad. En el "Prólogo" y "Duerme" estos sonidos se oyen sobrepuestos y falsos. Parecen MIDIS de Guitar Pro. En este sentido, también fallan los arreglos corales. Cuando graban mil veces las voces de dos cantantes para emular un coro suena raro y feo. Las soluciones para esta situación son simples: no meter arreglos corales innecesarios o contratar un coro, si son necesarios. 



Es imposible decir que Finisterra Ópera Rock es un mal álbum. La música es excelente; las letras son expresivas y poéticas, y todos los músicos (invitados o miembros) le imprimieron el talento y la pasión necesarios. Lo que falla, insisto, es la producción. Desde mi punto de vista, toda la ambición invertida en este proyecto estuvo mal dirigida. Quienes lo oigan sin conocer la versión anterior, probablemente piensen que es de lo mejor. Desafortunadamente, los que sí habíamos oído el Finisterra anterior sabemos que alguien ya le sacó el máximo provecho al potencial de estas magníficas canciones.

¿Ustedes ya oyeron Finisterra Ópera Rock? ¿Qué les pareció? Comenten y compartan.

Si no conocen la versión anterior, aquí les dejo mi reseña para que se animen a oírlo.

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