Crónica de Javier Díaz Pinelo
Xandria cerró con broche de oro su gira “Fire
and Ashes over Latin America” con un emotivo e impecable concierto el pasado
domingo 30 de octubre en el Bar Cosa Nostra de la Ciudad de México.
A pesar de un retraso de más de dos horas, la agrupación
alemana encendió al público mexicano con su cálido y
potente metal sinfónico, ofreciendo una memorable presentación.
La cita fue a las siete de la noche para los VIP y a las ocho para el público
en general. Sin embargo, las puertas no se abrieron hasta las nueve, lo que molestó
bastante a los asistentes. El retraso además
ocasionó que el meet and greet con la banda fuera
precipitado y bajo presión: “saluda, tómate la foto y quítate”. Los
integrantes del grupo fueron amables con los fans, pero lucían
presionados y algo incómodos, pues sabían, al
igual que sus seguidores, que así no debería ser la experiencia de una firma de autógrafos.
Por lo anterior, el concierto arrancó poco antes de las 10:30 de la noche con
un público frío, impaciente y molesto. Cuando se apagaron las
luces y comenzó a sonar la introducción, la
respuesta de la audiencia no fue precisamente de euforia y emoción como
normalmente se esperaría, sino una ovación
seca. “¡Ya era hora!” sería la frase que mejor describe la actitud
de la gente en ese momento. Sin embargo, la poderosísima
canción “Nightfall” cayó de golpe para cortar toda la tensión. La
audiencia empezó a brincar y a cantar al ritmo de los
enganchadores acordes de guitarra de Philip Restemeier y Marco Heubaum. La
gente se soltó en gritos y aplausos con la aparición de
la carismática cantante Dianne van Giersbergen, cuya dulce
voz flechó, desde la primera nota, el corazón de
cada uno de los asistentes. “Nightfall” me parece una canción muy
efectiva para empezar un show, pues cae con toda la fuerza desde el principio,
con coros, remates de batería y arreglos sinfónicos,
presentando en sus cuatro minutos de duración todo
lo que le espera al espectador. ¡Que buena forma de abrir un concierto!
Tras los alegres rugidos de la multitud, el grupo siguió con “Bloodon my hands”, una canción que tiene la combinación
perfecta entre elementos sinfónicos, un coro pegajoso y Groove de hard rock
ochentero para poner a saltar a cualquier público.
El grupo proyectaba mucha energía y buena actitud. Durante estas dos canciones
llamó mi atención la cantidad de personas que disfrutaban el show
a través de la pequeña
pantalla de su celular. Es algo generalizado en todos los conciertos de rock
hoy en día, pero al ser un lugar chico con poca gente, esto
era más notorio. Incluso las luces de las cámaras
de los teléfonos se volvieron parte involuntaria de la
iluminación del escenario.
Dianne saludó al público y agradeció la
paciencia de la concurrencia. Los asistentes gritaban emocionados hacia los
sonrientes músicos que aparentemente no esperaban una recepción tan
cálida. Prosiguieron con “Unembraced” y “Forevermore” para
rematar con su clásico “Now and Forever”. Una
grata sorpresa, ya que en varios de sus conciertos de la gira no la habían
interpretado, y realmente valió la pena. Sobresale por el mano a mano de voz y
guitarra en medio de la canción en el que la majestuosa voz de Dianne se
entrelaza elegantemente con las melodías del guitarrista Restemeier, con los
coros grabados y la multitud de trasfondo. Un instante mágico
del recital.
No me alcanzan los elogios para la vocalista Dianne van Giersbergen. Es una
mujer hermosa que brilla en el escenario y por momentos eclipsa a sus compañeros.
Tiene una presencia magnética y una voz de soprano limpia, dulce y potente,
incapaz de dar una nota fuera de tono. Además, sus
gestos y ademanes son profundamente expresivos. Se ve que disfruta lo que hace
y establece una conexión muy especial con las personas dentro y fuera del
escenario, verdaderamente encantadora. Me atrevería a
decir incluso que le queda un poco grande a la banda. Está al
nivel de las grandes del metal sinfónico como Tarja Turunen, Simone Simons o
Floor Jansen.
Foto de Janina Lindner
Xandria ya es una banda curtida, con una extensa y exitosa trayectoria, y
eso se nota mucho. Los cinco están perfectamente sincronizados y es de llamar la
atención la precisión con la que toca cada uno. Los solos del
guitarrista Philip Restemeier suenan como en el disco, impecables. Sobre el
escenario, se mueven lo necesario y su interacción con
los asistentes es lejana pero cordial, a excepción del
bajista Steven Wussow, que frecuentemente se subía a
los bafles que estaban frente al escenario para interactuar con las personas
que estaban hasta adelante. El baterista Gerit Lamm también
sobresale por su enérgica forma de tocar y su contacto con la
audiencia desde la batería por medio de ademanes con las baquetas y
miradas. No es común ver a un baterista con tanta presencia. El sexto
integrante del grupo son las pistas grabadas de coros, orquestaciones y
teclados. Me pareció que en esta ocasión su
uso fue discreto y adecuado. Salvo en algunas ocasiones, se me olvidaba que
estaban sonando, lo cual es una virtud porque el sampleo funciona como un
apoyo, pero la presentación no depende de eso.
Después de “Now and Forever”, habló el
bajista Steven Wussow, quien dio las gracias al ingeniero de sonido y al técnico
de escenario por su esfuerzo y profesionalismo durante la gira, y continuaron
con “Until the end” y “Dreamkeeper”. La música
de Xandria peca mucho de ser genérica, por lo que este par de canciones, aunque
interpretadas de forma magistral, me parecieron un poco monótonas.
Siguió una fuerte ovación
acompañada de toda la multitud gritando al unísono “Xandria,
Xandria”. La encantadora cantante quedó sola
en el escenario y se podía oír uno que otro grito diciendo “I love
you” o “te amamos”. Dianne, conmovida, dijo, “nosotros
los queremos también. Gracias a ustedes cumplimos nuestros sueños”.
Dedicó entonces a sus seguidores mexicanos la canción “The Undiscovered Land”, mencionando que una de las bendiciones de ser músico
era la posibilidad de viajar por todo el mundo. En esta canción su
interpretación fue verdaderamente hermosa, con una voz clara y
nítida, envuelta en sentimiento. Para mí, la mejor rendición de
la noche por parte de Dianne.
Posteriormente, la cantante abandonó el escenario y el fundador de la banda,
Marco Heubaum, fintó a los asistentes con la introducción de
la canción de Iron Maiden “Wasted Years”, para arrancarse con “Stardust”, uno
de los números más heavies
de la noche.
A continuación, la cantante expresó su agradecimiento hacia los promotores por armar la gira
por latinoamérica y pasó al escenario al tour manager, quien fue recibido por un
unánime grito de "culero". Esa noche el pobre
hombre aprendió a la mala que lo cortés no quita lo valiente y que su mala actitud en el meet
and greet dificilmente sería perdonada por los insatisfechos
asistentes. Dianne se limitó a decir, "espero que lo que le
gritaron sea algo positivo", lo que arrancó una carcajada generalizada. Preguntó entonces: "¿quieren un clásico de Xandria?". Y tras el clamor de la multitud
interpretaron la nueva versión de su emblemática "Ravenheart". Después "Voyage of the fallen", que abre su última producción, incendió el foro con sus épicos coros.
"La próxima canción será la última de la noche", exclamó Dianne antes de poner a brincar a todos con
"Cursed", otro de los números más memorables de la noche, con su violín piratesco y su coro pegajoso. Posteriormente la banda
se retiró del escenario por unos minutos.
La gente pedía a gritos el regreso del conjunto, que
tardó poco en volver a aparecer para tocar dos canciones más. La vocalista salió envuelta en la bandera de México desplazándose con gracia sobre el templete al
son de la épica "Nomad's crown", en la
que lució toda la potencia de su canto operístico. Cerraron el show con toda la fuerza con la que
abrieron con su éxito "Valentine", fulminando
a la audiencia que quedó fascinada por tan buena presentación.
El sonido y la visibilidad en general fueron bastante buenos. El Cosa
Nostra está debidamente adecuado para este tipo de eventos, a
pesar de que no está muy ambientado. La iluminación no
fue muy buena, particularmente cuando estaba la luz verde, pero por ser un foro
chico, pasa. Se hace lo que se puede con lo que se tiene y en realidad no afectó mucho
la experiencia del concierto.
Al final, Xandria presentó un show magnífico que logró quitar por completo el mal sabor de boca del
retraso y el insatisfactorio meet and greet. Es una banda que vale mucho la
pena ver en directo y esperamos que vuelvan en su próxima gira.
Setlist:
Destiny of Mankind (Intro)
Nightfall
Blood on my Hands
Unembraced
Forevermore
Now and Forever
Until the End
Deamkeeper
The Undiscovered Land
Stardust
Ravenheart
Voyage of the Fallen
Cursed
The Nomad's Crown
Valentine
No olviden leer también la reseña del EP Fire & Ashes, publicada anteriormente en este blog.
muy buena reseña, clara, interesante y atractiva.
ResponderEliminartuvo que ser una mala experiencia,fue algo parecido cuando mago de oz se presento en 2015 en Cali y por fallas obvias y condiciones que no cumplían los requisitos mínimos de seguridad fue cancelada para todos y no es la primera vez que sucede ya han pasado dos veces seguidas este tipo de fallas por problemas con los contratistas, igualmente son leves contratiempos.
ResponderEliminar