Sweeney Todd, el barbero asesino, corta gargantas por primera vez en México


El Foro Cultural Coyoacanense "Hugo Argüelles" ha adoptado el brumoso y lúgubre ambiente de la Londres victoriana para una corta temporada del musical Sweeney Todd. Con música en vivo y voces poderosas, la obra maestra del compositor Stephen Sondheim se está presentando por primera vez en México.

Cuando uno piensa en musicales de Broadway, la idea que, generalmente, llega a la mente es la de producciones alegres, animadas y melosas. Afortunadamente, esto no es Mamma Mia!, amigos. Sweeney Todd es una obra de teatro que tiene sangre, humor negro y un final inesperado, digno de una novela de horror del siglo XIX.

La leyenda urbana del barbero asesino que, junto con su malévola compinche, cocina la carne de sus víctimas en Fleet Street surgió en el cuento The String of Pearls: A Romance de Thomas Price. A partir de ahí, se le fueron sumando elementos a la historia de horror para convertirla en un drama de intriga y venganza.

En esta producción, el barbero Sweeney Todd es interpretado como un personaje inexpresivo y taciturno. El actor Beto Torres es poseído por un hombre dañado, al que la vida le ha quitado todo, y lo ha convertido en un muerto viviente con sed de venganza.

La voz grave del actor se ajusta a la perfección a la sombría personalidad del barbero. Cada vez que Sweeney está en escena el ambiente se torna lúgubre y sobrecogedor.

Por otro lado, Lupita Sandoval retrata a una Señora Lovett sarcástica y bonachona. Su buen humor y entusiasmo son una máscara cínica que cubre a una psicópata sin escrúpulos.

En general, las voces y las interpretaciones del reparto son gran parte de lo que logra el ambiente tétrico del musical. Aunque cada personaje tiene su personalidad bien definida, todos dan la impresión de ser sonámbulos dentro de una pesadilla.

La producción de Sweeney Todd es mucho más compleja de lo que se nota a simple vista. La mayor parte de la acción sucede en un escenario de dos pisos, que tiene una barbería arriba y un restaurante abajo. El resto de los escenarios son trazados ingeniosamente con juegos de luces, sombras y andamios.

La orquesta de la producción la conforman dos teclados y un violín. Aunque en varios puntos se nota su austeridad, logran sumergir a la audiencia en la oscuridad de la partitura.

La música del compositor, Stephen Sondheim, siempre me ha parecido fea. Sus melodías son disonantes, enmarañadas y monótonas; sin embargo, esa fealdad es ideal para la creación del desconcierto necesario para musicalizar una historia tan sórdida y tétrica.

Sweeney Todd tiene un repertorio bastante variado de canciones. Por un lado,  hay piezas melancólicas como "No hay lugar como Londres" o el reprise de "Johanna", y por el otro hay temas cómicos brillantes, como "Un cardenal" o "Junto al mar". Todas estas melodías mantienen siempre un tono sarcástico y grotesco.

"Epiphany" interpretada por George Hearn en la producción de 1982

No estoy seguro si la producción es así o si pasó algo raro en la función a la que asistí, pero el hecho de que se saltaran "Epifanía", una de las canciones más emblemáticas del musical, me decepcionó un poco. En este soliloquio, el barbero asesino confirma su vocación homicida y se deja poseer por su sed de venganza.

Otro elemento que funciona extraordinariamente bien en esta puesta en escena es la traducción. Todas las letras de las canciones tienen sentido y se ajustan con elegancia a las intrincadas y laberínticas melodías de Sondheim.

Desde que vi la películadirigida por Tim Burton, Sweeney Todd ha sido uno de mis musicales favoritos. Afortunadamente, la producción mexicana, liderada por David Cuevas, está extraordinariamente bien puesta y merece ser recomendada.

Sweeney Todd se presenta los sábados a las 17:30 y 20:30 en el Foro Cultural Coyoacanense "Hugo Argüelles". Los boletos están en $360.

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